
El 16 de agosto, el Diario Oficial de Chile publicó la Ley N°21.760, marcando un hito histórico en la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes. La normativa introduce procesos más ágiles, la posibilidad de mantener vínculos con la familia de origen y elimina restricciones que limitaban quién podía adoptar.
Tras más de una década de tramitación, finalmente se despachó la nueva Ley de Adopción, fruto de un acuerdo transversal en el Congreso. La normativa, que ocupa 29 páginas del Diario Oficial, busca poner en el centro el interés superior del niño, niña o adolescente, garantizando procesos más rápidos y seguros, y actualizando un sistema que estaba desfasado respecto a los avances legales en materia de infancia y adolescencia.
Definiciones clave
La ley establece conceptos fundamentales para su correcta aplicación:
- Niño o niña: Todo ser humano hasta los 14 años.
- Adolescente: Persona mayor de 14 y menor de 18 años.
- Familia de origen: Parientes consanguíneos hasta tercer grado en línea colateral y ascendientes hasta segundo grado.
- Familia extensa: Otros parientes consanguíneos hasta sexto grado y por afinidad hasta tercer grado.
Estas definiciones permiten claridad en los procesos de revinculación y adopción, asegurando que los lazos familiares sean respetados y valorados.
Procesos más ágiles y revinculación familiar
Uno de los cambios más importantes de la ley es la simplificación del proceso judicial, que establece plazos de entre 12 y 18 meses para determinar si el menor se revincula con su familia de origen o es incorporado a una familia adoptiva. Esto reduce significativamente los tiempos de espera que históricamente prolongaban la incertidumbre de los menores.
La ministra de Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro, destacó:
«Teníamos una deuda tremenda con niños, niñas y adolescentes, especialmente con los más vulnerados, con una legislación que estaba obsoleta y que requería ponerse al día con los avances que ha tenido nuestro país en los últimos años.»
Por su parte, la subsecretaria de la Niñez, Verónica Silva, subrayó la innovación en los vínculos postadoptivos:
«La ley reconoce la importancia de que los niños adoptados puedan conocer sus orígenes. Incluso se incorpora la posibilidad voluntaria de mantener relaciones con su familia biológica, algo completamente nuevo en nuestro sistema. Hoy ocurren alrededor de 250 adopciones al año y creemos que con este proceso esto podría casi duplicarse.»
Igualdad en las posibilidades de adopción
La normativa elimina la rígida prelación que limitaba quién podía adoptar, permitiendo que matrimonios, personas solteras o parejas con acuerdo de unión civil puedan acceder a la adopción, siempre priorizando el bienestar del menor.
Además, se incorporan excepciones para familias de acogida que hayan cuidado a niños o niñas durante largos periodos, pudiendo convertirse en adoptivas, y se perfecciona el delito de obtención ilegal de menores, abordando las adopciones ilegales de forma explícita.
Un avance histórico
La Ley N°21.760, ya publicada oficialmente en el Diario Oficial de Chile, representa un salto cualitativo en la protección de los derechos de infancia y adolescencia en el país. Su entrada en vigor promete acelerar los procesos de adopción, garantizar la revinculación con la familia de origen y consolidar un marco legal que prioriza la seguridad y los derechos de los menores por sobre cualquier otra consideración.